Quizás no lo sepas, pero tu cuerpo mantiene una batalla sin fin. Estas literalmente cubierto de estafilococos y estreptococo y e coli, y toda clase de personajes sospechosos que están determinados en usarte a ti, y los todos los recursos de tu cuerpo, para alimentarse, encontrar un hogar y reproducirse tanto como quieran. Y, oye, todos tenemos que ganarlos la vida. Pero no es tu trabajo darles una comida gratis a estos tipos. Así que tu cuerpo ha desarrollado una política de tres partes contra estos, y su ejecución la lleva a cabo el sistema inmune. El sistema inmune se diferencia de todos los demás sistemas de los que hemos hablado este año en que no es un sistema específicamente formado por tejidos y órganos. En lugar de eso, involucra a un grupo diferente de tejidos, órganos, y células defensoras especializadas-distribuidas-extensamente. Juntas, esta liga extraordinaria de sustancias unen fuerzas para realizar todas las funciones defensivas de las que tu cuerpo depende para mantenerte con vida en un mundo infestado de germenes. Y la primera linea de defensa en esta batalla interminable? Es tu sistema de defensa innato o in-especifico. Como el típico soldado de primera linea, esta preparado para atacar a cualquiera que parezca sospechoso, y principalmente esta compuesto de cosas con las que nacimos, como las barreras externas de tu piel y membranas mucosas, y defensas internas como fagocitos, proteínas anitmicrobios, y otras células de ataque. Pero algunos enemigos deben combatirse con fuerzas especiales. Y aqui, tu cuerpo puede desplegar tu sistema de defensa adaptivo, o especifico, que es mas como tus Fuerzas Especiales. Le toma mas tiempo en responder, pero esta especialmente diseñado para ir tras objetivos específicos. Y mantiene información de esos chicos malos para saber como encargarse de ellos la próxima vez. Pero hoy nos vamos a enfocar en tu sistema innato, y ver como usa su arsenal de barreras físicas y químicas, células asesinas, e incluso fiebre, para mantenerte saludable. Probando que algunas veces, los síntomas que asociamos con la enfermedad en realidad son signos de que estamos sanando. Solo porque algo es sencillo no significa que no puede ser elegante. Es decir, tu cuerpo es capaz de cosas increíblemente sofisticadas, incluso de defenderse de infecciones. Pero ocasionalmente hay algo que decir a favor de la fuerza bruta. Y gran parte de las funciones de tu sistema inmune innato no son muy sutiles. Por ejemplo, la primera linea defensiva de tu cuerpo es una barrera física. Y funciona! Como una pared alrededor de una fortaleza, tu piel hace un trabajo fantástico manteniendo fuera a toda clase de microorganismos malvados. Siempre y cuando esa dura membrana epitelial queratinizada no se rompa o rasgue mucho, podrías si quisieras, hacer bolas de nieve con agua residuales y estarías bien. Aunque... no. No. Todas tus membranas mucosas también crean una barrera física. Recordaras que se encuentran alrededor de todas las cavidades que se abren hacia el mundo de germenes, incluyendo el sistema respiratorio digestivo, urinario, y tractos reproductivos. La piel y mucosa no solo proveen una protección física, también contienen armamentos químicos importantes. Comiste alguna comida pasada? No te preocupes, tu estomago esta literalmente lleno de ácido, así que probablemente estas a salvo. Caminaste justo a través de la asquerosa nube del estornudo de tu compañero de trabajo? No hay problema, los pasajes nasales pueden producir el contenido de una caja de pañuelos en moco para ayudarte a atrapar los virus antes de que lleguen a tus pulmones. También tienes enzimas para repeler bacterias en tu saliva y en el fluido del lagrimal, y péptidos llamados defensinas en tu piel y membranas que ayudan a defenderte de bacterias y hongos que quieren hacer su tienda alrededor de la piel rasgada o inflamada. Los cuales, sin importar lo cuidadoso que seas, vas a encontrarlos, de una otra forma. Quizas te razuras con una navaja sin filo. O te cepillas los dientes con mucha fuerza. Y DÉJENME CONTARLES sobre los peligros de cortar rosquillas. Así que cuando esa primera linea de defensa se rompe, es hora de llamar a tu segunda línea de defensas internas innatas. Aquí es donde tu cuerpo empieza a formar maniobras estratégicas como encendiendo la fiebre, liberando señales químicas, causando inflamación, u otras tácticas defensivas que ayudan a identificar y atacar los invasores infecciosos. Algunas de las primeras células defensivas en la escena son los fagocitos. Su nombre literamente significa "comer" y como Pac-Man, ellos persiguen indiscriminadamente a los intrusos y los engullen. Y vienen en diferentes variedades: Primero tienes a los neutrófilos, que son los más abundantes de tus glóbulos (celulas de sangre) blancos. Estos se auto-destruyen después de devorar a un patógeno. E incluso, en realidad has visto montones de sus pequeños cuerpos sin vida, porque de eso esta hecha la pus. Pero los fagocitos mas grandes y fuertes son los macrofagos. Estos se derivan de glóbulos blancos llamados monocitos que salen de la corriente sanguínea para ocupar tejidos. Y algunos son tipos libres que patrullan tejidos en busca de tipos raros, mientras otros esta fijos -- pegados a fibras en órganos específicos, devorando cualquier cosa sospechosa que pase junto a ellos. Entonces cuando un macrófago, digamos, en el dedo que me corte rebanando una rosquilla, ve una bacteria nueva que va pasando, la atrapa usando extensiones cito-plasmáticas, la trae hacia el, la traga completa, y -- prácticamente -- la digiere y escupe las sobras. Y, a diferencia de los neutrofilos, puede hacer esto una y otra vez, como un jefe. Pero no todas tus células defensoras son fagocíticas. También tienes células que por sobre todo tienen el mejor nombre de cualquier célula en tu cuerpo: las células asesinas naturales. Puedes llamarlas células NK si quisieras, pero, ¿por qué querrías hacer eso? De cualquier forma, estos pequeños asesinos patrullan tu sangre y linfa buscando células anormales, y son únicos porque pueden matar tus propias células si están infectadas con un virus o se han vuelto cancerosas. ¿Cómo pueden saberlo? Una célula normal y saludable contiene una proteína especial en su superficie llamada CMH1, o Complejos Mayores de Histocompatibilidad. Pero si esta infectada, esta deja de producir esta proteína. Y si la célula NK detecta una célula deficiente, no se la traga como un macrofago -- la inyecta con una enzima que provoca apoptosis, o muerte celular programada, la cual es bastante increíble. Estas son unas de las formas en que tu sistema inmune innato se encarga de sus enemigos, pero ¿cómo saben donde buscar en primer lugar? Así que, hablemos de estrategía. Entonces, digamos que estas en una fabrica de plátanos y te resbalas con una cascara de plátano y te raspas la rodilla. Tu fortaleza externa ha sido atravesada, y los patógenos están invadiendo como orcos desde el Abismo de Helm. Las fábricas de plátanos son lugares muy sucios. Ahora tu cuerpo quiere contener el esparcimiento de patógenos, limpiar el desastre, y empezar a curarse lo mas rápido posible, así que activa tu respuesta inflamatoria. Esto es básicamente una alarma de fuego interna, pero utiliza químicos en lugar de sirenas para difundir su mensaje, y en vez de humo y fuego puedes sentir enrojecimiento, hinchazon, calor, y dolor. Por ejemplo, en caso de lesión, mastocitos especializados en tu tejido conectivo envian moléculas de histamina. Y la histamina es muy buena para llamar la caballería. En primer lugar, causa vasodilatación, lo que causa enrojecimiento y calor en el sitio de lesión. Ahora, estas cosas quizás te pongan un poco nervioso, pero en realidad son signos de sanación -- la temperatura elevada, por ejemplo, acelera el ritmo metabólico de las células para que puedan repararse a si mismas mas rápido. Mientras tanto, la histamina y otros químicos inflamatorios también incrementan la permeabilidad de los vasos sanguineos, provocando que los capilares cercanos liberen fluidos ricos en proteinas. Esto causa inflamación -- lo que también, es algo bueno -- porque esas proteínas ayudan a la coagulación y forman costras, mientras el sistema linfático absorbe y filtra ese fluido extra, limpiándolo antes de devolverlo a tu corriente sanguínea. Y por su puesto, como carnada para tiburones, una rodilla inflamada también atraerá un montón de fagocitos de los alrededores -- que fácilmente pueden escapar de tus capilares -- y linfocitos que también fluyen libremente, ayudando a destruir patógenos mientras limpian el desastre de células muertas. Y no olvides: Al mismo tiempo, los neutrofilos han estado haciendo lo mejor que pueden, pero ellos fueron los primeros en llegar, así que para este momento, están empezando a morir en montones. Fueron activados cuando las células de la piel de la rodilla lesionada liberaron químicos que iniciaron la leucocitosis -- la liberación de neutrofilos desde la médula osea donde se producen hacia la corriente sanguínea. Para atraer los neutrofilos hacia el área dañada, las células endoteliales inflamadas en los capilares envían químicos que actúan como dispositivos localizadores -- y cuando los neutrofilos llegan se unen a las paredes capilares cerca de la lesión, se aplanan y pasan a través de las paredes de los vasos para empezar a trabajar. Tus monocitos eventualmente entran en la batalla, y se transforman en macrofagos hambrientos, reemplazando la primera linea de los neutrofilos que han muerto y básicamente comiendo cualquier enemigo persistente y luego limpiando la carnicería. Ahora, todo esto funciona bastante bien en la mayoría de los casos. Pero quizás hayas notado que si has sufrido una lesión aun mas grave, o estas luchando un virus o infección especialmente peligrosa, que algunas veces tus tropas locales son superadas. Cuando las células blancas y macrofagos se encuentran con mas invasores extraños de los que pueden controlar, liberan productos químicos pirógenos que tocan al hipotálamo y suben el termostato de tu cuerpo, llamando a una fiebre sistémica para quemar todo. Las temperaturas elevadas resultantes aumentan el metabolismo de tus células para que puedan sanar más rápido, y también le dicen al hígado y al bazo que retengan todo el hierro y zinc, para que estos no puedan contribuir al crecimiento de bacteria. Pero incluso entonces, algunas veces, quizá con frecuencia te encuentras peleando un enemigo mas formidable. Ahí es cuando llamas a los especialistas -- las defensas de tu sistema inmune adaptivo. Y para aprender exactamente como estos salvan el día, tienes que vernos la próxima vez. Pero por ahora has aprendido que las respuestas de tu sistema inmune empiezan con barreras físicas como piel y membranas mucosas, y cuando no son suficiente, están tus fagocitos -- los neutrófilos y macrófagos. También aprendiste sobre las células asesinas naturales y la respuesta inflamatoria, y viste como todos estos elementos salvaron el día cuando te resbalaste en una cáscara de plátano. Gracias a nuestro Director de Aprendizaje, Linnea Boyev, y gracias a todos nuestros patrocinadores en Patreon, cuyas contribuciones mensuales hacen posible Crash Course, no sólo para ellos, sino para todo el mundo. Si te gusta Crash Course y quieres ayudarnos a mantener la realización de vídeos como este, puedes ir a patreon.com/crashcourse. Este episodio fue filmado en el estudio Doctor Cheryl C. Kinney Crash Course, fue escrito por Kathleen Yale, el guión fue editado por Blake de Pastino, y nuestro asesor es el Dr. Brandon Jackson. 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